miércoles, 3 de julio de 2024

La columna del "Devolucionario" - TEMPORADA DE CIRCO

 Por: Richard Campos. “El Devolucionario”

En Julio celebramos nuestro aniversario nacional y simultáneamente nuestra capital y grandes ciudades se llenan de circos. No creo que sea mi impresión, pero cada año son más numerosas esas carpas redondas de lona azul, con cuatro pilares de acero de 30 metros de alto, tribunas de madera, ágiles acróbatas, bestias salvajes y como no, divertidos payasos, a los que llaman, circos. Y es más que increíble que nuestra vida como país, sea básicamente un circo. Irónico, si no fuera sublevante, porque el nuevo espectáculo circense que es ahora la política peruana, renueva su capítulo “El show de fiscaloco: José Domingo Pérez”, que el lunes, fue la gran vedette en las portadas de los diarios chicha – todos – de la gran prensa capitalina. Sin temor a equivocarme, pero creo que este fiscalito, está demente. Aparte obviamente, de tener el ego con edematósis desde el 2018 cuando la chusma a punta de periodicazos, lo convirtió nada menos, que, en “héroe nacional” solo porque mandó a encarcelar a Keiko Fujimori. Con toda esa carga de idiocia social complementaria, debe creer que sus estupideces son alegatos fiscales añadidos a las teorías del Derecho Penal, que su nombre será tallado en placas de bronce en el mural del hall del local del Ministerio Público, que será modelo de referencia en las currículas académicas de las facultades de Derecho y que su foto, convertida en comic, competirá con Spiderman y los X-Men en un álbum infantil. Es que José Domingo Pérez es un héroe de papel higiénico mojado, un falso valor que solo la plebe más ignorante seguiría. Ni el sinvergüenza de Martín Vizcarra y toda la mediatización de la que fue objeto, llegó a tanto.El objetivo de Pérez, ya ni siquiera es la sustentación de la acusación contra Keiko Fujimori, sinó, pulir su imagen de luchador anticorrupción contra el fujimorismo. Estos días, se la pasó con una hilarante perorata contra el gobierno noventero, con tozuda obsesión dijo que Keiko y Fuerza Popular siguen el "legado de corrupción" de Alberto Fujimori. Ya no argumenta las acusaciones fiscales contra esta, sino que la insulta en público, acto que las cámaras de la gran prensa capitalina, recogen con morbo repulsivo. Cámaras que, para variar, tienen propensión por lograr oportunas tomas del rostro de Keiko, para luego convertir en “primicia” la reacción de esta, ante la seguidilla de asnadas sin pausa que espeta Pérez. Tal ha sido la magnitud del show, que la jueza tuvo que conminar al frenético fiscal a moderar sus palabras y exponga concretamente los presuntos ilícitos por el que acusa a la Fujimori, pero este respondió esgrimiendo un legajo, diciendo que sus argumentos figuran en el expediente y que no fue corregido por el juez durante el control de acusación. Pero si tomamos en cuenta lo dicho por Pérez, sabremos que el juez debió eliminar cada adjetivo antifujimorista del expediente, que devolvió 19 veces. Eso demuestra claramente que la acusación fiscal contra Keiko, es un exabrupto intestinal de Pérez antes que una argumentación irrefutable. Parece que esta vez el circo mediático, será como “Esto es Guerra” pero filmado en algún pabellón del Larco Herrera, en vez de una novela televisada a lo Perry Mason y lamentablemente, lo tendremos que soportar por los siguientes diez años, que puede ser lo que durará este juicio y más, tratándose de la lerda justicia peruana.



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